está mal vista

Etiqueta: personal (Página 1 de 5)

Cómo volver a escribir

Madre mía.

No paso por aquí desde 2016.

Bueno… Eso no es del todo cierto.

Sí que he acabado aquí en más de una ocasión. Principalmente copiando referencias de entradas que aquí quedaron —bendita guía sobre Granada, cuánto trabajo me has ahorrado con los colegas a lo largo de los años —. Pero también escribiendo varios posts que todavía perduran en el limbo de los borradores de WordPress, en este servidor infrautilizado que pago religiosamente cada octubre. Ya casi ni reconozco esta plataforma con la que hasta me saqué algún dinerillo en la universidad —¿qué coño es un bloque? —.

Pero es que cuesta mucho darle al botón de publicar. Es difícil empezar de nuevo. Cuando dejas de hacer algo durante mucho tiempo es como que se pierde músculo, sea cual sea el músculo de teclear. O el de pensar lo que se quiere decir. Vamos, resumiendo, no se hace fácil volver.

Supongo que tampoco soy aquella persona que empezó a escribir este blog hace años. Ok, no es una conjetura. Lo sé. El tiempo pasa por todo y por todos. No soy el mismo que escribía apasionadamente sobre leyes; o con sorna de políticos; o que compartía canciones, aunque las canciones que escucho siguen siendo las mismas. Y las leyes sobre las que discuto. No hablemos hoy de política.

Es como si con la madurez pesase más lo que se dice en voz alta. Como si cargaras tus ideas, tu forma de pensar, en una mochila que por el tamaño de lo que alberga, fuese a llamar la atención de los demás. O peor aún, de tu entorno laboral.

— ¡Eh! Sabías que este pavo es más rojo que el copón.

— Sí, el otro día le leí nosequé de que le gustan los patos. Menudo elemento.

¿Será eso que llaman vergüenza? La realidad es que tus ideas, tus extravagancias, no le interesan a nadie. O siendo justos, a muy pocos. No somos tan trascendentes. Quitémosle hierro a esto.

Hace cinco años aún ni trabajaba como desarrollador, no me gustaba el fútbol y creo recordar que hasta me hacía ilusión vivir en Madrid.

Pero escribía.

Lo hacía en libretas que todavía arrastro de mudanza en mudanza. También en este blog, aunque fuese de pascuas a ramos. ¡Cuántas cosas pasan en un año!

No sé. Parece que para volver a escribir tampoco fuese necesario contar nada, ¿no?

¿Dónde te metes?

Flickr Friday #39: Have you seen these droids? (May the Force be with you) - Explored¿Pero dónde co*o se mete? ¿Qué será de la vida de juanmgar? Son preguntas que se está haciendo toda la blogosfera española en estos momentos.

Pues ya pueden estar tranquilos, sigo por aquí. Estoy vivito y coleando. Aún por la antigua Ilíberis, en la capital nazarí, por la taifa granadina. Después de una pausa primaveroveraniega y buscando nuevos proyectos e ideas en las que embarcarme. En los próximos días, a la espera de  noticias –chan, chan , chan– voy a intentar retomar el ritmo de publicaciones que cogí allá por Abril. Quiero engrasar la máquina literaria pensando en futuras acciones subversivas que necesitarán de agilidad dactilar al teclado –no a lo Kevin Moore, se entiende, si no sobre el QWERTY–.

Así que ahí os dejo, con todo el odioso cliffhanger, aunque regalando uno de las canciones del verano. El mío. Que me ha acompañado en esas tardes calurosas.

Liberando fuentes… ¡de información!

Si hay algo injustamente infravalorado por el gran público internetero eso es el uso de los RSS en nuestra vida diaria. No voy a aprovechar la ocasión para aportar nada, ni nuevo ni manido, al debate – soy así de vago- pero lo que sí os dejo por aquí es el archivo xml generado por mi agregador de feeds. Seguro que encontráis alguna web que no conocíais e igual podéis ayudarme a seguir encontrando algo interesante en este gran océano de información. Por cierto, la clasificación es algo personal con lo que no le echéis demasiada cuenta.

Si vais a hacer lo mismo, o ya lo habéis hecho, no dudéis en avisar.

Paso 8: huevo corregido

Todas las sillas huelen a culo

Vaya título me he sacado de la manga como si nada. Pues no, ni un título así es mio…. Pertenece a Accidents Polipoetics el mayor exponente de la polipoesía española. Si no sabéis lo que es, no pasa nada, pero si queréis ser mejores personas podéis echarle un vistazo a su manifiesto.  En resumen, la polipoesía es un movimiento político italiano de principios de los 80. Copio de la Wikipedia que,

“La Polipoesia, tal y como traducción literal del término explica, son “muchas poesías” o múltiples maneras de interpretar un poema, ya que aplica al recitado simple de un poema disciplinas como la performance, el ruidismo, la distorsión o desfragmentació fonética, los medios audiovisuales, la Acción poética, la música y las nuevas tecnologías.”

Estos chicos de arriba (Rafael Metlikovec y Xavier Theros) son los que forman Accidents Polipoetics, grupo que conocí hace años gracias a un amigo y compi de trabajo que me regaló su único disco por mi cumpleaños. Por aquel tiempo teníamos que hacer muchos kilómetros de carretera todos los días con sus consecuentes horas de coche, horas que se reducían gracias a este disco y a las risas que nos echábamos con este grupo.

Accidents son algo diferente en poesía. Y esto podemos probarlo escuchando sus actuaciones o viendo alguno de sus videos. Han colaborado en algunos discos de música normal de grupos como Radio Futura o Frank-T, además de haber trabajdo con La Fura. Sus textos se han traducido a muchos idiomas.

Hace unos días me sorprendió gratamente verlos en un documental de la2 donde hacían referencia a su estilo poético.  Total. Hechas las presentaciones vamos al lio. Os dejo con algunos de sus textos y actuaciones. Sé que al principio echan un poco hacia atrás, pero sin miedo…

Procuraré subir el disco encontrar un enlace en internet de un tercero desconocido uno de estos días.

  • Van a por nosotros

Todos tenemos la razón. 

                        Porque la razón es sagrada. 
                        Porque la razón es buena. 
                        Porque la razón es definitiva.

Todos tenemos la razón. 

                        Porque la compramos 
                        o porque la tenemos 
                        o porque nos lo creemos 
                        o porque nadie nos discute 
                        o porque no hay nadie en casa.

Todos, todos, todos tenemos la razón. 

                        Altos o bajos. Feos o gordos. 
                        Guapos o taxistas. Dioses o policías.

El perro tiene razón cuando riega las esquinas. 
Mamá tiene razón porque no tienes trabajo. 
Ella no tiene razón porque no tienes dinero.

Tener la razón es fácil: Basta tener hijos, empleados, mujer, camareros, alumnos, soldados, tíos feos, amigos tímidos, animales domésticos, peces de colores. 

¡Qué satisfacción saber que las merluzas nunca te llevan la contraria!

¿Por qué?                                                                                                        

 Porque tienes razón.

Todos, todos, todos tenemos la razón, 
porque la razón es buena, es santa, es el mejor invento desde el agua de seltz. Y en último caso siempre se puede uno comer la merluza si esta se atreve a replicar. 

Porque todos, todos, todos, todos, todos
                        tenemos la razón.

El absurdo en la cultura granadina y los botellones de leche

Vengo dándole vueltas a la cabeza un post sobre este tema desde hace tiempo, y es que la cosa lejos de mejorar solo hace empeorar día a día. La cultura libre en Granada está muriendo. Probablemente, y mejor dicho, la estamos dejando morir.

Si os fijáis en los últimos 7 años, los únicos de los que tengo referencias personales, la cosa ha cambiado mucho. Aún recuerdo la primera vez que pasé por el PlantaBaja. Acababa de llegar a Granada. Recién había encontrado piso y solo conocía el local por las menciones que se hacían de él en Radio3 o en el denostado RockStar de Los40. Un sitio mítico donde los haya. De pura casualidad y en una de las primeras incursiones para tantear el terreno, me topé con él. Justo el día anterior había habido un concierto de Migala (Para el que no lo conozca ya sabe lo que tiene que hacer. Pasaron por este no-grupo musical de lo mejor de la música española de la época. Desde Abel Hernández, más tarde Emak Bakia y El Hijo, a Nacho Vegas o a aquel bajista de Los planetas llamado Kieran).

No me lo podía creer. Uno de mis grupos preferidos acababa de estar en la ciudad, y la lista de conciertos del curso crecía y crecía hasta culminar en unos sublimes REM. Esto verdaderamente no deja de ser algo anecdótico. O no. He visto pasar por Granada desde a The Eagles, Chuck Berry, Dream Theatre, Billy Preston (el quinto Beatle!), pero también a Raimundo Amador tocando en una tasca, espectáculos de magia amateur en un bar cutre y conciertos improvisados en garajes que querían ser locales de ensayo.

Qué nos queda de aquella ciudad donde se respiraba cultura por los rincones. Cultura de verdad. De esa con mayúsculas. La que puedes encontrarte en el bar de la esquina sin esperartelo. No hablo de la cultura concertada por los poderes políticos y financieros de la ciudad o de nuestra queridísima Comunidad Autónoma. El panorama de la cultura en Granada ha quedado reducido a un grupúsculos de festivales y espacios subvencionados por Alhambra, la Junta de Andalucía o CajaGranada, porque para qué vamos a hablar de nuestro querido ayuntamiento que olvidó lo que era la cultura hace mucho mucho tiempo…

No estoy en contra de la cultura subvencionada. Estoy en contra de las perversiones de lo políticamente correcto. ¿ No tenéis la sensación de haber oído una y otra vez los mismos grupos, los mismos artistas año tras año y exposiciones diferenciadas solo por la localización de las mismas? No hace falta que os hable del fenómeno de las élites locales, ¿no?

Un extracto del blog de Juan Freire (Biólogo, profesor universitario y emprendedor.)

Pero si es seguro que en el resto de ciudades españolas, las ciudades intemedias, no existen, o son muy reducidas, estas clases altas verdaderamente globales. Esta elite es sustituida por una parte de las “clases altas” y “medias-altas” que tratan de vivir también, a su modo, una “cultura Wallpaper*” local basada en el consumo de productos culturales financiados por las instituciones públicas y para-públicas de todo tipo (como muchas fundaciones o cajas de ahorros). Los gestores culturales, trabajando bajo esas directrices políticas, prefieren adquirir productos de consumo cultural que les den una aparente legitimidad global, aunque estén totalmente desconectados de los intereses de sus vecinos y de la mayor parte de públicos potenciales, que trabajar en producciones más discretas y humildes pero con un verdadero potencial transformador en lo local, tanto cualitativa como cuantitativamente.

Va siendo hora de ser responsables y reclamarle a las instituciones que apuesten por la cultura de verdad. Tanto para niños como para adultos. Basta ya de la cultura de la conveniencia económica del momento.

Pero probablemente el culmen del atentado contra la cultura y una socialización alternativa sean iniciativas tan peligrosas como las que permiten los sinsentido como el que encabezan la entrada. La mil veces mencionada Ordenanza de Convivencia está poniendo su granito de arena para que Granada se convierta en el furgón de cola de la cultura, con una vuelta al pasado en el recorte de libertades, pero con un público en su mayoría pasivo.

Os dejo con el documental que salió en su día en contra de la ordenanza. (Disfrutad de sus últimos minutos y de la improvisación de los artistas callejeros…)

http://www.dailymotion.com/swf/video/xbcn5m?width=480&theme=none&foreground=%23F7FFFD&highlight=%23FF9300&background=%23171D1B&start=&animatedTitle=El+delito+del+&iframe=0&additionalInfos=0&autoPlay=0&hideInfos=0

El Delito del Arte

De los tiempos, las marionetas y los estudiantes

Muchas cosas por escribir de estos días…

Calculo que para cuando esto se publique estaré en Sevilla, constituyendo con compañeros de otras universidades lo que será la primera asociación como tal que defienda los intereses de los estudiantes universitarios andaluces, actividad ésta a la que he dedicado los dos últimos años de mi vida.

Llego a Sevilla sin saber si esta será la última reunión que tenga de este tipo. La verdad es que no lo sé. No tengo ni idea. Pero tampoco me quita el sueño. Sé que hice todo lo que estuvo en mi mano.

No puedo dejar de echar la vista atrás y pensar en lo que pudo haber sido y no es, y en aquello que es y seguirá siendo.

Desde hace unas semanas tengo ciertos sentimientos, algunos encontrados entre sí, no lo niego, pero la mayoría para mi desgracia y la de muchos de mis compañeros, coincidentes.

Al menos algo ya hemos confirmado. No solo son malos los tiempos para la lírica, también para la reivindicación estudiantil. Para la buena política en general. Corren tiempos de amiguismo, de sobrinismo, y del ponte tu aquí que total solo es un año, no vas a tener que hacer ná y yo te voy a ayudar en tó. 

Es tiempo de la marioneta, del títere, del escudero político. De la defensa de unos siglas y no de unos ideales. Del interés escondido en el armario. Malos tiempos en definitiva.

Analizo la situación una y otra, y otra vez y llego siempre a las mismas conclusiones. Conclusiones que me recorren como sensaciones… 

DECEPCIÓN. Sobre todo con algunas personas y relaciones sociales que por lo visto no he sabido manejar todo lo bien que debiera. Lamento profundamente el daño que puede causar que estas personas con una posición relevante no se den cuenta de sus limitaciones, y sean capaces de destruir con su discapacidad tantas horas de trabajo colectivo.

HASTÍO. Porque desaparecen las ganas de empezar proyectos nuevos. Porque sabes que tu equipo y tú tenéis potencial. Porque lo demostramos con una cerveza en la mano, con mil ideas en la cabeza y con otras tantas apuntadas en papeles mojados por alguna lavadora en el bolsillo de algún pantalón. Porque somos capaces de creer, de crear y de reír a la vez. Y aún así vienen, y lo joden.

CULPABILIDAD. Por no haber sido capaz de prever la situación e intentar ponerle remedio antes. Al menos lo intentamos, de eso que no os quepa duda. 

GRATITUD. Para con todos aquellos que os habéis interesado, que para mi sorpresa seguís siendo muchos, y que como yo no dais crédito de la situación. También para los que desde otras trincheras apoyan las buenas causas.

Eso si. Me llevo cosas conmigo. De esas que no te pueden robar. Experiencias, amistades y muchos kilómetros a las espaldas con todo lo que ello supone.

Pero no creáis que se trata de un post que habla de derrota. Tampoco es una despedida. Qué va. Nada de eso. Esto no es más que una reflexión sobre la necesidad de renovarse.

Os dejo buscando batallas…

Foto: Mikel Jaso (Al que profeso una gran admiración y que espero que no me denuncie)

« Entradas anteriores

© 2024 la Sinceridad

Tema por Anders NorenArriba ↑