Lo que en ocasiones parece una utopía hace tiempo era una realidad. Salvando las distancias entre el papel y la realidad, a través de un espejo bicentenario, me apetece recordar:
«Art. 13. El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen.»
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