No me considero decrecionista, al menos al uso, pero cada vez que leo críticas del estilo pienso lo mismo: Para cuándo una crítica seria, una crítica científica. Centrar el debate en la cuestión energética es una pérdida de tiempo. Ni apocalipsis petrolífero estilo Mad Max, ni lluvia de café.
Claro está que partiendo de una postura negacionista lo que debería ser una conversación primordial queda a un lado, pero no podemos seguir aplazando el debate sobre los posibles cambios en los ciclos biogeoquímicos del planeta – de los que por cierto se habla en el ámbito científico día si y día también.
Puede que en un escenario próximo la geopolítica tome de nuevo relevancia, sobre todo en aquellas zonas donde los cambios en el modelo de producción energética sean más traumáticos de lo previsto.
Las necesidades en materias primas y recursos hídricos son cambiantes con el avance tecnológico y, al menos en el caso del agua, la demanda solo ha hecho crecer en los últimos años. Mal vamos si queremos solucionarlo todo a base de Julios.