Aprovecho un correo que mandé el otro día para, enarbolando la bandera de la economía del esfuerzo, recomendaros herramientas para mejorar vuestro inglés.
En Navidad estuve con el novio de una amiga que se ha mudado a Londres por trabajo. Al preguntarle como le iba con el idioma – es un chaval de Sevilla – me contestó: «Improving picha, improving…». Esa respuesta me abrió los ojos y me ha hecho darme cuenta de que si mi amigo el trianero ya sabe defenderse en la city, yo tengo que mejorar mi B1 patatero.
Me he puesto al día con las diferentes herramientas que se usan ahora para aprender idiomas, y como sé que alguno de vosotros también le está dando al asunto, comparto lo que he encontrado por ahora:
– Los materiales de ESL están muy bien. Aunque el acento sea americano se aprende mucho vocabulario con sus Podcasts. Hay dos diferentes: English Cafe y ESL Podcast. En el primero se tratan temas de actualidad o se diserta sobre historia estadounidense. En el segundo aprenderemos a través de una conversación ficticia entre dos o más personajes. En esencia son muy parecidos, aunque me gusta más English Cafe. Yo me los pongo cuando salga a la calle y siempre llego a casa con varias palabras nuevas.
Podéis descargar los programas a través de un gestor de podcast cualquiera – como iTunes- o a través de su web.
Como complemento, ofrecen unas learning guides que son de pago. Es bastante fácil conseguirlas en Taringa o en Vagos, aunque si os cuesta localizarlas solo tenéis que escribir un comentario y os echo un cable. Os recomiendo también los dos audiolibros con preguntas, que seguro que tampoco os vienen mal.
– Bussu es una red social para aprender idiomas. Os hacéis un perfil y podéis ir avanzando desde el nivel que queráis entre varios idiomas a elegir. Los ejercicios os lo corregirán usuarios de la red social que sean angloparlantes nativos. A cambio, nosotros tendremos que traducir los suyos de una manera muy sencilla. Es más fácil de lo que parece, ya veréis.
– The Rosetta Stone es un programa para aprender idiomas. Lo instaláis y a través de videos interactivos, y con el reconocimiento de voz, el programa os va corrigiendo la pronunciación lección a lección. Es de pago, pero es muy fácil encontrarlo piratilla por ahí.
Y eso es todo por ahora. Por si acaso también me he apuntado a un curso de los de toda la vida. La meta es conseguir un B2 o C1 en inglés. Las pruebas para acreditar nuestro nivel más baratas, y con ciertas garantías, son las que ofrece el CLM de la Universidad de Cádiz. Algunos amigos ya lo han probado y están bastante contentos con el resultado.
Ya os contaré como acabo…